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Fata Mafiosa


Sabía que los problemas en Italia estaban tan fuertes, que el Zar le prohibió viajar por su seguridad, y aquello lo tenía ansioso, el bajo mundo estaba ardiendo, y todos, parecían listos para atacar o morir.

El Zar y sus hermanos también llevaban varios días en la mansión.

Esos días no había podido dormir bien, había hablado con sus hermanos aquella mañana, pero se sentía intranquilo, más aún, después de escuchar al Zar, decirle que la Cosa Nostra había recibido un ataque horas antes, volviéndolo completamente impotente.

Aún así, se tranquilizó cuando Massimo le llamó pasadas las tres, para decirle que los dos se encontraban bien, y Lorenzo también le llamó poco después para decirle lo mismo, y preguntarle unas cosas con respecto a su madre, que Alessandro respondió solamente por la sincera curiosidad con la que su bonito hermano pareció hacerlo.

Alessandro comió y cenó con su familia rusa, y poco antes de ir a dormir, salió al gran salón, al parecer Misha estaba practicando piano, y el italiano necesitaba distraerse por aquel ligero estrés que parecía no dejarlo ni siquiera horas después.

Renzo y Giorgio le acompañaron, lo habían notado inquieto todo el día, querían estar al pendiente, y al llegar al gran salón, Alec saludó a Taras con una inclinación de cabeza correspondida, el omega ruso leía un libro escuchado a su hermano tocar de fondo.

Recién iba a sentarse, cuando el Zar apareció, completamente serio, y a decir verdad, más pálido de lo que debería.

"Alexander, el Don acaba de llamar"

Fue justo en ese instante, que el grito desgarrador de Konstantin apareció, rasgando su garganta debido al dolor, y diferentes cosas siendo tiradas al piso.

Misha calló de golpe mirando hacia Zakhar, y se puso de pie enseguida, casi corriendo en dirección de Konstantin.

El líder ruso bajó la mirada cuando Alessandro le miró preocupado.

Y si todos los rusos estaban ahí, aquel grito y la llamada no podían  ser para nadie más que el segundo príncipe de Italia.

El aire ni siquiera parecía entrar en él, estaba teniendo un ataque de pánico mientras se tiraba de rodillas.

Aquello no podía ser verdad, acababa de hablar con él, le había prometido guardarle ese amargo dulce ruso que le gustaba, se verían en unos días, el Don ya había autorizado su viaje.

No, su hermanito no podía estar mue- No, ni siquiera podía pensar en la palabra.

El Zar iba a acercarse, pero Alessandro elevó una mano deteniéndolo, amaba al Zar, pero el alfa no entendía como se sentía en esos momentos.

Las lágrimas habían comenzado a caer por su rostro sin que lo notara, ni siquiera podía ver debido a estas. Todo le daba vueltas, y aunque intento no hacerlo, esta vez fue su turno de gritar ahogadamente.

"No, no, no, Giorgio, dime que no es cierto" -Tanto el beta, como el alfa ojimiel ya habían comenzado a llorar. Ambos querían a los otros dos Di Cesare como sus propios hermanos menores, Giorgio sostenía fuertemente la mano de Renzo cuando escuchó al omega, y esta vez, tanto él, como Verner se acercaron-. "Mi bebé no... No pu-"

"Alessandro"

El llanto en el hada aumentó. Todo dentro de él estaba en blanco, y al mismo tiempo, ardía del dolor que volvió sin fuerza su cuerpo completamente.

Fue turno de Renzo intentarlo, se agachó frente al omega limpiando sus mejillas, y Alec al notarlo, solo pudo llorar aún peor, con sus dos manos en un puño recargándose en el pecho del contrario.

"Renzo, mi hermanito se murió, Renzo, mi hermanito está muerto, no puede ser cierto, dime que no Renzo" -Alessandro habló entre llanto, notando a Renzo llorar de igual forma, y aquello solo lo rompió más, abrazándose del cuello del alfa, mientras este le abrazaba de regreso-. "Me quiero morir, Renzo, mátame, mi hermanito se murió"

Giorgio se cubrió el la boca con una mano, intentando que su llanto no sonara tan fuerte, y mientras el Zarín parecía quebrarse cada vez más, el ojimiel lo abrazó llorando con él, sin soltar feromonas para no marearlo, y dejando que aquel ácido aroma picara su nariz, porque realmente no importaba nada en esos momentos.

Nadie dijo nada, Taras seguía en shock por lo que acababa de escuchar y ver, solo pudo ver hacia su hermano que le devolvió la mirada asintiendo, y el más chico de los Maximov salió en busca de su segundo hermano, consciente de lo destruido que debía estar también.

El Zar suspiró profundo, Giorgio recién se había comenzado a acercar a su omega, que parecía llorar cada vez más doloroso, rompiendo su corazón en cada chillido que soltaba de repente.

No podía seguir mirándolo, aquello era algo íntimo de ellos tres, y lo entendía, aunque su lobo se sintió lastimado al no permitir que se acercara a consolarlo.

"Y no será el único" -La voz de alguien entrando al cuarto hizo al omega separarse lentamente, Yasha Maximov sonrió en su dirección-. "Voy a terminar con todo lo que te haga feliz, Alexander, y después contigo"

Alec despertó de golpe.

El Zarín de Rusia se sentó gritando, mientras su alfa lo abrazaba, evitando que se lastimara mientras parecía recobrar la razón y caer en cuenta de que aquello había sido una pesadilla.

Aún así, Alec lloró fuertemente, mientras el mayor lo envolvía entre sus feromonas y en el abrazo.

"Ya pasó mi cielo, fue solo un sueño lo prometo, aquí estoy, tus hermanos y tu guardia están bien, tú estás bien, nada va a pasarte mientras yo esté respirando"

Alec se abrazó a su esposo sin poder dejar de llorar, aquel sueño le rompió el corazón, y pensar solamente en la idea de que el Zar no estuviera lo puso peor.

Pero, poco a poco su lobo cedió ante las tranquilas feromonas del mayor, envolviéndose preciosamente en estas, y relajándose poco a poco mientras comenzaba a limpiar sus lágrimas.

El reloj de su mesita de noche marcaba poco más de la una de la mañana. Pero su corazón no se sentiría tranquilo hasta escuchar la voz de su hermano.

"¿Qué necesitas?"

"Voy a llamar a Lorenzo" -El mayor no lo detuvo, incluso se sentó junto a él, enrollando un brazo por su cintura mientras los dos se encontraban sentados, y el ojiazul realizaba la llamada-.

Un adormilado Lorenzo respondió, y Alec soltó un suspiro calmo, y calmando a su lobo en el proceso.

"¿Qué sucede Alessandro, estás bien?"

"Si, lamento despertarte, tuve una pesadilla" -El bufido burlón del menor lo hizo sonreír-.

"Raro que me llames a mi y no a Massimo" -Alec rodó los ojos, apreciando delicadamente la risa del menor-. "¿Fue un muy mal sueño?"

"Uhm... Digamos que he tenido mejores, ¿está haciendo mucho calor?"

"Creo que el infierno es más fresco que aquí, Massimo se llevó a Gallina y a Lobo a nadar, acaban de llegar" -En Italia debían de ser poco más de las tres de la mañana, pero el ojiazul no se sorprendió-. "Alec, mi padre nos dijo que atacaron la mansión, y que no podíamos llamarte porque no era seguro, ¿seguro que estás bien?"

Alexander tardó en responder, a decir verdad pudo dormir por el sedante que le inyectaron, de ser por él, seguiría buscando a Maxim, que de tan solo recordarlo, un nudo volvió a formarse dentro de su estómago.

"Estoy bien dolcezza, tengan cuidado, porque la Cosa Nostra es la siguiente, no te distraigas, y no dejes que Massimo se exponga demasiado" -El omega más chico tardo en responder, Alec lo escuchó suspirar mientras él se acomodaba de mejor forma entre los brazos de su esposo-. "Ya descansa, lamento haberte despertado"

"No te disculpes, de todas formas mi alarma estaba por sonar, alguien tiene que meter a ese niño con sus animales a la casa" -Alessandro sonrió ligeramente limpiando las lágrimas que amenazaban de nuevo por caer-. "Descansa Alec, iré a regañar a Massimo, y después volveré a dormir" -El mayor suspiró para ahogar su llanto y se forzó a aclarar su garganta en el proceso-.

"Te llamaré mañana"

"Deja de amenazarme por favor, probablemente mañana estemos enfrentando un ataque directo, con un problema a la vez es suficiente" -El hada italiana se rio sin poder evitarlo, y el segundo príncipe sonrió al escucharle-. "Está bien, descansa, te llamaré para avisarte si alguien murió"

"Gracias"

"Y prometo no morir, ni dejar que Massimo lo haga, lo de mis padres es opcional"

"Cuida de Estefano, Marina y Pedro también" -Lorenzo lo prometió de nuevo, y después de que ambos se dijeran 'te quiero', el menor cortó la llamada, con Alec alcanzando a escuchar un 'Massimo Di Cesare', antes de que cortara del todo-.

Alessandro confiaba completamente en sus hermanos, pero la lejanía, el sueño, y el no saber donde se encontraba Maxim lo tenían con el corazón roto, además de la matanza que llevó acabo horas atrás.

Zakhar besó su frente, dejándolo llorar entre sus brazos, y poco a poco, el menor se separó de nuevo, limpiando su rostro y besando lentamente los labios de su esposo, no tenía absolutamente nada seguro, más que al enorme alfa que lo abrazaba como si se fuera a romper en esos momentos.

"¿Qué haces aquí?"

"Tenías un suero conectado a tu brazo, y tuviste varias pesadillas, alguien tenía que asegurarse que no te lastimaras, Giorgio estuvo aquí hace un rato, no tiene mucho que llegué"

"¿Aún no sabes donde está?" -El ruso suspiró sin mirarle, y negó, con cierta pena adornando su rostro por no saber aquello-. "Zakhar, ¿donde está la lista que Konstantin te dio antes de que me obligaras a dormir?"

Todo pasó muy rápido después de que el Zarín se diera cuenta que no había recibido noticias de Maxim o de James.

Todos callaron, mirándose entre sí.

Alec intentó ponerse de pie, pero el alfa lo detuvo, levantándose primero, y ayudándole después.

"Deben estar en el refugio, donde tú deberías de estar de igual forma" -Alessandro le dedicó una mirada algo mordaz a su esposo, quien no se inmutó, Zakhar no lo dijo, pero todos los presentes sabían que el Zar estaba enojado por las condiciones en las que se encontraba su omega-.

"Giorgio" -El beta internamente agradeció que lo llamara, la tensión entre los Zares se cortaba con un hilo-.

"Iré a ver" -Renzo hizo el intento de ponerse de pie y seguirle, pero la fría mirada de Alec y Taras, lo sentaron de nuevo, con el alemán desviando la vista esta vez-.

Vladimir suspiró profundo al ver a su líder asentir, y sin querer realmente hacerlo, salió de la oficina del Zar, pero no para seguir a Giorgio, se encontró a Natasha en el camino, quien le entregó una jeringa y que él ocultó adecuadamente entre su ropa antes de volver.

"Déjame ir"

"No puedes ni mantenerte de pie, ¿A donde planeas ir en esas condiciones?" -Alec gruñó en respuesta hacia el mayor, con ninguno cediendo ante la enojada mirada que se dedicaban entre sí. Vladimir se acercó, pareciendo que le susurraba algo al mayor, y en respuesta le entregó la jeringa, con el mayor asintiendo-. "Konstantin, ¿dónde está la lista?"

El platinado no quería acercarse, incluso miró a Renzo quien solo le dedicó una mirada de pena haciendo al contrario suspirar mientras se levantaba y le entregaba esta al Zar.

Faddei y Yura aparecieron juntos, los dos tenían esa expresión que hizo a Alessandro temblar.

"El niño no está" -Y Alec, quien sintió como si toda la sangre de su cuerpo desapareciera, no lo pensó, si hubiera podido, prácticamente hubiera corrido fuera del lugar-.

Solo que el Zar lo detuvo, enrollando su brazo sobre su cintura y aunque el omega pataleó intentando soltarse, el alfa clavó la jeringa sobre su cuello, inyectándole el sedante dentro de esta, y dejando al menor quedarse dormido entre sus brazos.

Aún así, Alessandro peleó, golpeando a su esposo en el pecho enojado por aquello, y el Zar, que se dejó hacer, solo lo cargó cuando este terminó completamente dormido.

Hubo un silencio, entre sorprendido y tenso de todos los presentes después de eso, al momento en el que Giorgio aparecía de nuevo, la preocupación en su rostro respecto al niño, cambio a un ceño fruncido al ver a su hada dormir entre los brazos del enorme ruso.

"Tenemos menos de diez horas para encontrar al niño, si fue alguien dentro de la organización, la mitad de tiempo, el sedante no va a durarle demasiado, Giorgio, consigue un suero, espero que mi habitación esté arreglada ya, cuidarás de él un par de horas en lo que arreglo esto"

Al beta no le quedó más que asentir, y después de que el Zar se asegurara de que su omega estaba recostado, con analgésicos y suero directamente a su vena, envió a su equipo principal a un ataque sorpresa a la Dal, con dos sub equipos atacando a los españoles y a la Kanoashi.

Misha fue a terminar de pasar el celo con Katarina, y para asegurarse que la pelirroja se encontrara bien, así que solo Taras y Konstantin se encontraban en la oficina de su hermano, buscando y trazando supuestos de donde podría estar Maxim.

Zakhar volvió a su oficina acompañado de Giorgio, aunque el beta no quiso dejar a Alessandro, fue turno de los Sabinos quedarse con él durante un rato.

Apenas la puerta se cerró, Renzo, quien no se había movido de donde estaba, rodó los ojos al ver al mayor mirarle.

"Renzo, diles quien eres" -Tanto Giorgio como Taras miraron al ruso de golpe, Vladimir, Natasha, y Konstantin miraron al ojimiel, y este, no puedo evitar fruncir el ceño en el proceso-. "El ataque a Serbia salió bien, solo falta que lo hagas oficial"

"¿Por qué ahora?"

"Quien sea que atacó lo sabe, no solo que mi omega es dueño de Noruega, estuvieron aquí para matarte" -La sorpresa en el rostro de los que no sabían del tema hubiera hecho sonreír al único omega presente en cualquier otro momento, en cambio, él y Giorgio suspiraron desviando el rostro-. "No te estoy culpando, yo sabía los problemas en el peor de los casos, pero necesitamos un campo más amplio de información si queremos recuperar al niño"

El alemán suspiró, miró primero al Zar, pasando su vista a un serio Giorgio, y terminando en su bonita perla rusa, quien asintió solo para darle apoyo emocional.

"Me llamo Verner, Verner Von Liebknecht, el segundo hijo de la caída Ewige, y nuevo Káiser de esta" -Vladimir se ahogó con el sorbo de agua que recién se le había ocurrido beber, mientras la sorpresa de los otros dos rusos podía enmarcarse, estos dos no se movieron-. "Fue la Für Alle Ewigkeit quien atacó Serbia, detuvimos el avance de los irlandeses y matamos un numero grande de coreanos"

Vladimir frunció delicadamente el ceño, el Zar le había dicho esa mañana que, quien atacó Serbia era el Mata Re- Oh.

El platinado abrió la boca sin poder evitarlo, aunque intentó decir algo, se tragó sus palabras, mirando primero a Renzo, y después al Zar, este le dedicó una mirada de reojo.

Y la realización lo golpeó, Vladimir no pudo evitar mirar a Giorgio después de eso, el beta tenía la mirada baja, pero su lobo se sintió intranquilo al sentir al del beta de esa forma. Vladimir no puedo evitarlo, se cubrió la boca con ambas manos.

Eso explicaba muchísimas cosas.

"Su Zarín ni su guardia lo saben, preferiría que siguiéramos así, se los diré yo cuando sea el momento"

"Zakhar, yo trato de no cuestionar tus decisiones, pero, ¿por qué no lo habías dicho?" -Natasha preguntó al momento que encendía un cigarrillo para calmar sus nervios, eran muchas cosas en un solo día-. "Pudimos prever este ataque"

"No pensaba decírselos de no ser por la ausencia del niño, no me corresponde a mi, pero ahora que lo saben, investiguen todo lo relacionado a la Ewige, ¿quién podría traicionar a los rusos por los irlandeses?"

Konstantin entrecerró los ojos, no por la pregunta de su hermano, él aún estaba procesando lo que recién les había dicho, en realidad estaba pensando en el nombre, Verner... Taras le había preguntado meses atrás por ese nombre.

El omega ya le veía cuando este giró a mirarle, con una súplica implícita en sus oscuros ojos por no decirle a Zakhar que ya lo sabía.

Konstantin estaba muy cansado en esos momentos como para acusar a su hermano menor con su hermano mayor, y aquella sería una larga noche en lo que encontraban al niño, además ese día no había visto a O-

Oh.

"Vladimir, ¿Orel no vino a la mansión el día de hoy?" -El platinado negó, y el segundo Maximov se puso de pie-. "Natasha, ven conmigo, sé quien puede saber donde está el niño"

"Usa la salida de emergencia, que nadie sepa que alguno salió" -Konstantin asintió hacia su hermano, y la castaña se puso de pie sacando una pistola debajo del sofá mientras salía detrás del segundo Maximov-.

Alec en esos momentos y unas tres horas después, recibía entre sus manos dos hojas casi vacías con la información que su cuñado y Vladimir había conseguido para él.

Había tres nombres que se repetían, del cual descartó uno porque ese general había peleado y muerto el día anterior con ellos.

Alessandro hizo memoria mientras revisaba ambas hojas, y el Zar, poco a poco se acercó, revisando que no tuviera fiebre como horas atrás y leyendo por sobre su hombro los nombres.

"Me daré una ducha, y tú necesitas una, vamos Kotik" -El italiano obedeció, dejándose llevar por el mayor, y dejando que el mayor le ayudara a bañarse, no fue una ducha larga pero sí ayudó a quitar el aroma a muerto que incluso lo hizo arrugar la nariz y a desentumir sus músculos quitando la sangre que se había secado sobre su cuerpo-.

Alexander estaba limpio, vestido y comiendo en contra de su voluntad mientras se encontraba en la oficina del Zar junto a este media hora después.

Alec revisaba los dos perfiles de ambos generales, sabía que no tenía mucho tiempo si quería encontrar al menor vivo, y aunque se estaba desesperando, intentaba mostrarse lo más calmado posible.

"Amore mío, creo que ya se q-"

Las palabras del omega se quedaron ahí, la puerta se abrió de golpe, con un Vladimir entrando del mismo modo.

"Está lastimado" -Zakhar salió casi volando y siguiendo a su mano derecha, con Alessandro unos pasos detrás. Aún no podía recargar bien su pierna-.

Al llegar al ala médica, Natasha se encontraba sobre una camilla, inconsciente, y el Zar después de asegurarse que estuviera viva, camino a la siguiente, encontrándose a Konstantin sentando sobre la camilla siendo cosido y gruñendo leve debido al dolor.

Alec iba a preguntar, pero al ver a Orel en la siguiente camilla, completamente inconsciente y siendo atendido supo la respuesta.

Tenía razón, el otro traidor era el padre de este.

Konstantin gimió debido al dolor al momento en que le retiraban un vidrio de su brazo, y Zakhar aunque le veía preocupado, no se inmutó.

"El hijo de perra lo encerró en el sótano después de envenenarlo, si tardaba más en llegar no lo hubiera encontrado vivo"

Alec noto que aquel dolor no era físico, era debido a cómo se encontraba el hijo del gobernador. Y si bien el hada era muy listo, no necesitaba ser un genio para descubrir la razón de su ruptura con su hermano, Lorenzo no le había dicho nada, pero él suponía algo relacionado al tema.

Entendía a su cuñado, era el menos indicado para juzgarlo, y en esos momentos, incluso sintió la necesidad de abrazarlo al verle hacer un enorme esfuerzo por no llorar.

"Escaparon a tiempo entonces, va a ponerse bien cuando despierte, lo hiciste bien" -Zakhar habló acercándose a su hermano, quien pese a que estaban por coserlo, abrazó al mayor sacándole un suspiro-.

Y a como nadie lo esperaba, el Zar lo abrazó de regreso, solo unos segundos, pero los suficientes para calmar al intranquilo lobo de su hermano.

Cuando Konstantin salió de la mansión, no tardó en llegar al centro, los túneles de escape le ayudaron a él y a Natasha a moverse más rápido.

Aunque iban acompañados por su respectivo par de guardaespaldas, al llegar a la mansión del gobernador los superaban en número.

Todo tuvo que ser con sumo sigilo, el platinado revisó directamente la habitación de Orel, y al no encontrarlo, los llevó por diferentes puntos donde las cámaras no los tomaran, directamente a la oficina del gobernador. 

Petrov Chernyshev caminaba de un lado a otro, hablaba por teléfono intranquilo, y Konstantin sintió su sangre hervir al escucharlo.

"A mi no me interesa el niño, el Zarín resultó ser más útil que todos los demás y no se murió, el idiota de Zakhar va a limpiar todo arruinando todo"

Konstantin no espero, entró directamente hacia él, golpeándolo y tirando el teléfono en el proceso.

Petrov gritó, pero el platinado colocó su arma debajo de su mandíbula, haciéndolo temblar.

"¿Dónde está?"

El mayor sonrio escupiendo en su dirección, al mismo tiempo que Natasha entraba corriendo, cargando a un inconsciente Orel.

"Tenemos que irnos"

Lo demás era historia, la salida fue más difícil que al entrada, dos de los guardaespaldas murieron y en esos momentos intentaban sacarle el veneno al delicado omega.

"¿Su padre escapó?" -Alec interrumpió sin querer hacerlo realmente,solo que no tenían tiempo, y Konstantin después de recomponerse al percatarse que el Feya estaba ahí, negó con Zakhar separándose en el proceso-.

"Está en el cuarto rojo" -La mirada de Alexander brilló, aunque su esposo intentó detenerlo, no pudo, no le quedó más que seguirlo, con los Sabinos alcanzándole en el proceso solo para entregarle su bonita pistola y aquel bolígrafo que le había llegado en un paquete poco más de un mes atrás-.

El Zar frunció delicadamente el ceño, y aunque los dos caminaban, lo miró atento al momento que la abría y sacaba una pequeña bolsa de este.

"Veritas flos, me costó más de lo que esperaba, pero sabía que sería útil en algún punto" -El mayor lo detuvo, colocando el sobre con el polvo de la verdad dentro de la palma del contrario-.

"Guárdala para después, tarda horas en hacer efecto y no tenemos tiempo"

"Torturarlo no va a darnos a Ma- Zakhar"  -El mayor frunció el ceño al ver la mirada iluminada del omega, una parte de él se encontraba encantada aunque no debería, y la otra preocupada a decir verdad-. "¿Puedo ver?"

"¿Estás seguro?" -El menor se colocó en puntas besando su mejilla, y se separó antes de asentir, tomando su mano y caminando un poco más tranquilo después de eso-.

Los dos enormes guardaespaldas del Zar cargaron al gobernador pese a los gritos enojados de este, y lo llevaron a la oficina del enorme líder ruso como lo pidió, al estar solo los tres, Petrov sonrió intentando ocultar su miedo.

"No voy a decir nada, no sé nada"

"Alexander, ¿estás seguro que quieres verlo?" -El hada asintió, y el mayor de los tres gruñó temblando después de eso-.

Zakhar pareció no hacer esfuerzo alguno al momento de tirar de el mayor dentro de aquel pasadizo secreto donde se encontraba el ex miembro del consejo, con el gobernador gritando que lo encontrarían, y que no perdonarían al Zar por llevárselo y matarlo.

"La muerte es lo mejor que podría pasarte, Alexander, cierra la puerta"

El omega vibró al escuchar aquel tono de voz en el mayor, pero cerró obedientemente. El ex miembro del consejo tembló al ver a Petrov, y este lo hizo de igual forma, con ambos gritando esta vez mientras los gritos se encerraban en ese oscuro cuarto con olor a sangre y humedad.

A decir verdad, el Zar era famoso por muchas cosas, pero era temido principalmente por una.

Los lazos eran casi mitos, nadie en su sano juicio haría uno siendo miembro de la mafia.

Nadie a excepción de Zakhar Yakovich, el famoso lobo negro que obligó a más de doscientos miembros de la Bratva a someterse a uno en contra de su voluntad, solo para torturarlos y lograr sacar a todo aquel traidor o desertor que puso a la Bratva en una situación difícil durante varios años.

Un lazo podía ser lo mejor de la vida o ser peor que la muerte.

Para cada uno de los rusos a los que se sometieron a aquello, resultó ser peor.

Además, era doloroso, algunos incluso murieron antes de terminarlo.

Zakhar tomó la navaja de su esposo, cortando en la respectiva glándula de ambos alfas, que aunque patalearon, la diferencia de fuerza era descomunal.

El líder de los rusos colocó la sangre de esta parte sobre el brazo de ambos, cortando después este, con la sangre de ambos mezclándose entre sí.

"Esta unión dada involuntariamente  para poder formar algo más poderoso que cualquier otra cosa, un vínculo intrínseco como si estuviera escrito de esta forma desde el principio de los tiempos" -El grito desesperado del padre de Orel hizo al Zarín temblar ligeramente, y replantearse si aquello era necesario-.

El Zar volvió a cortar el mismo brazo de cada uno, haciendo una especie de cruz, y colocó la sangre del otro sobre el brazo y así respectivamente en ambos.

"Lo que sus lobos están aceptando nada podrá romperlo, yo, Zakhar Alyosha Yakovich Maximov Sheremetyev doy por finalizado este lazo, el cual solo la muerte podrá romper"

Y aquello era la peor parte, porque ambos sentían el lobo del otro entrelazarse con el suyo.  Todo lo que el contrario sintiera lo sentían. Ya no respiraban por sí mismos, ahora lo hacían para el otro.

Zakhar suspiró levantándose. Retiró el exceso de sangre de sus manos, y se acercó a su omega, quien quedó sorprendido por aquello.

Alec no dijo nada, un mal sabor de boca se instaló en él, pero no por la grafica escena de los dos hombres desangrándose, sino por el pesar que su lobo sintió al sentir el de su esposo.

"Van a tardar un par de minutos en reaccionar, iré a lavarme, vamos"

"Ve, si reaccionan antes estaré aquí" -Zakhar parecía avergonzado, pero Alec sonrió ligeramente para calmarlo, deteniéndolo y besando su mejilla en un largo beso que sí pareció relajar al mayor-. "Gracias Zakhar"

El mayor pareció más tranquilo después de escucharle, pese a la sangre en su rostro, se acercó a besar sus labios y se retiró después de eso, dejando a Alessandro solo en ese momento.

Alec se acercó rompiendo la camisa del gobernador y atando las cuatro heridas para que no se desangraran, tal vez eso ayudó a que poco a poco el ruso mayor comenzara a despertar.

Los dos habían llorando y suplicado por su vida, pidiendo el perdón del Zar y prometiendo lealtad si se detenía, pero el lobo negro pareció no escuchar nada, con su bonito omega metros atrás intentando ignorar la magnitud de un lazo a esas alturas.

Petrov reaccionó gritando de dolor y sin poder evitar el llanto de frustración rompiendo su garganta.

"Todo esto pudiste evitarlo"

"Jodido seas niño idiota, todo esto es tu culpa, si Yasha no se hubiera fijado en ti, nuestro plan seguiría yendo bien"

"Y si te atreves a decirle al Zar que ocurrió seré yo quien te arranque la garganta antes de que puedas rogar por tu vida" -El mayor pese al llanto, calló, sorprendido al escuchar al bonito y lastimado hada después de eso-.

Fue su llanto el que despertó al joven alfa junto a él, aunque no lloró, su rostro solo reflejaba el vacío y el dolor en este. Ambos estaban atados aunque no quisieran, y los dos se miraron entre rendidos y vacíos, conscientes que su lobo ya se pertenecía entre sí.

"Zarín, le daré el nombre del general que busca, pero máteme por favor" -Petrov lo miró de golpe, incluso si tenía que estar atado a él, no quería morir todavía-. "Por favor"

"Si lo matas no te diré dónde está el bastardo" -Alessandro no pudo evitarlo, se acercó dándole una fuerte cachetada que tiró al ensangrentado gobernador, y que hizo al otro alfa gruñir sin poder evitarlo-.

Zakhar entró después de eso, no había sangre en su rostro ni en sus manos, y sostenía un pañuelo de tela con el que planeaba limpiar el rostro del omega.

El enorme ruso no se inmutó, mientras los dos alfas restantes se empujaron ligeramente hacia atrás al verlo acercarse.

"¿Dónde está el niño?"

"¿Por qué debería de d-"

El disparo sobre la pierna del alfa más chico calló al mayor, entendiendo porque decían que un lazo era peor que la muerte, el mayor se sintió desfallecer cuando el menor gritó del dolor.

"El siguiente disparo no va a ser superficial, ¿dónde está?"

"C-con Yasha, Yasha se llevó al niño con sus guardaespaldas" -Alessandro tembló sin poder evitarlo, recordando su sueño y sintiendo a su lobo alarmarse aún más-. "N-no salió de Moscú, sacarlo era peligroso, está en la vieja fábrica de muebles, la q-que era de la región del Gran Duque"

"Dónde está el General Magomedov" -El alfa más chico habló, recibiendo la mirada mordaz del gobernador, y Alec sonriendo ligeramente por aquello-. "Lo siento, Zarín"

Alessandro cumplió lo que no prometió, disparando en el pecho del joven alfa, mientras el mayor gritaba desesperado intentando acercarse.

El hada se sintió ligeramente mal por ese alfa traidor, con él siempre cooperó incluso al defenderlo del consejo cuando escupieron en su dirección.

Petrov en cambio no lo hizo sentir la más mínima pena, iba a morir del dolor de la pérdida del lazo, aunque suplico porque lo mataran, la pareja de Zares salieron de la habitación, y callando los gritos al salir a la oficina.

Alec miró a su esposo, nunca creyó ver algo así, peor aún ver el dolor en la mirada del contrario por hacer algo así. El omega recién se acercó a abrazarlo, justo lo beso cuando tocaron la puerta.

Vladimir los interrumpió sin querer hacerlo.

"Zakhar, el consejo acaba de llegar"

El alfa gruñó mirando atento al menor, Alec sintió de nuevo aquella desesperación, el alfa no dejaría que fuera solo a buscar al niño.

"Iré yo, recibe al consejo con Taras y Konstantin"

"¿Zakhar?"

"Traeré al niño, lo prometo"

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Si los espante con lo de Lorenzo, apoco no?

JSKFJSJD me disculpo 😭 eso lo escribí hace meses y no quise borrarlo así que lo dejé como un sueño, je.

Holiwis besties, ¿cómo están?

Este capítulo iba a ser una cosa pero terminó siendo otra, no les quiero dar tanto estrés para principio de año, la próxima semana ya vemos qué onda jsjs.

Espero que hayan tenido un muy bonito inicio de año, o sino que poco a poco mejore, les mando un abrazote.

A lo mejor sienten a mi bebé Alec medio tranquilo? Bueno es el efecto del sedante y la auto calma para no inquietar al Zar. haber como lo ven en el próximo capítulo.

Ah, antes de que se me olvide, ya les había enseñado a Orel, pero encontré otras imágenes y siento que es la mezcla de estas dos.

Tqm Orel, perdóname por dejarte un padre tan horrible, es por el bien de la trama. 😭

Que igual no revise el capítulo, tengo mucha tarea, al ratito lo reviso y si tengo que cambiar algo espero no sea mucho 😭😭😭.

Muchas gracias por leer, y perdón por las faltas de ortografía y gramática que encuentren en el cap.

Les ama.

-Alessi.

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